Judes, un
pueblo del que cuando lo conoces no se te olvida nunca. No tiene nada particular, ni
catedrales ni sitios maravillosos, eso lo hacen sus personas, las que viven alli en
verano, las que lo conocemos desde niños y jugamos en su
plaza en sus
casa medio en
ruinas, las que nos bañamos en su
laguna y merendamos en el
pozo piejoso, un abrazo a todos los judeños.