LOS MISTERIOS DE LA RASA
A la metida del sol cuando los grillos resuenan, vas subiendo hacía Vildé con motores que explosionan. Desde La Rasa mirando en aquel balcón de tierra, algo nos llega sonando que mucho misterio encierra. Aviones que volaban entre tierras de cereales, El Duero los vigilaba con pilotos alemanes. La Rasa sigue esperando que se contemple su historia, el ayer quedó enfundado en frases de la memoria. Hoy solo vemos manzanas que son preciosos sus lares, viendo brillar las mañanas de tan bonitos lugares. Vildé se sigue cruzando para salir de ese valle, el viento viene silbando entre sufrido detalle. La Rasa fue la estación del bonito Burgo de Osma, fue camino de evasión que se ve siempre su loma. Los misterios de La Rasa se llenan de incomprensiones, o puedes jugar la baza de sus muchos barracones. Hay paisajes que se olvidan con el paso de los años, dicen que nunca se cuidan aunque suframos sus daños. Hay voces que tienen ecos, sobre las tierras de Soria, y cortinas con sus flecos que adornan nuestra memoria. Se han pasado muchos años, se han perdido tradiciones, nadie quiso ver peldaños ni perder nunca razones. La Rasa sigue con fuerza entre grandes plantaciones, hoy no se ve la aspereza de las tristes soluciones. Hay caminos junto al Duero que siguen siendo verdades, y arados de puro acero que labran ciertos eriales. G X Cantalapiedra.
A la metida del sol cuando los grillos resuenan, vas subiendo hacía Vildé con motores que explosionan. Desde La Rasa mirando en aquel balcón de tierra, algo nos llega sonando que mucho misterio encierra. Aviones que volaban entre tierras de cereales, El Duero los vigilaba con pilotos alemanes. La Rasa sigue esperando que se contemple su historia, el ayer quedó enfundado en frases de la memoria. Hoy solo vemos manzanas que son preciosos sus lares, viendo brillar las mañanas de tan bonitos lugares. Vildé se sigue cruzando para salir de ese valle, el viento viene silbando entre sufrido detalle. La Rasa fue la estación del bonito Burgo de Osma, fue camino de evasión que se ve siempre su loma. Los misterios de La Rasa se llenan de incomprensiones, o puedes jugar la baza de sus muchos barracones. Hay paisajes que se olvidan con el paso de los años, dicen que nunca se cuidan aunque suframos sus daños. Hay voces que tienen ecos, sobre las tierras de Soria, y cortinas con sus flecos que adornan nuestra memoria. Se han pasado muchos años, se han perdido tradiciones, nadie quiso ver peldaños ni perder nunca razones. La Rasa sigue con fuerza entre grandes plantaciones, hoy no se ve la aspereza de las tristes soluciones. Hay caminos junto al Duero que siguen siendo verdades, y arados de puro acero que labran ciertos eriales. G X Cantalapiedra.