Monumentos:
La Atalaya es una torre construida por los árabes, en la época del califato, cuando la región era frontera entre los reinos cristianos y el califato de Córdoba. Ya que, durante el siglo X, el impulso repoblador de los condes castellanos hacia el sur, ocupado por los musulmanes, supuso el establecimiento de una nueva frontera en torno al Duero. La respuesta del califato será el refuerzo de los sistemas defensivos mediante la construcción de fortificaciones, adecuándolas a la nueva situación de frontera. Dentro de este dispositivo militar aparecen las atalayas como torres destinadas a la vigilancia de las rutas y enlace entre las fortalezas más importantes.
Esta atalaya, una de las de mayor diámetro y mejor conservada, mantiene un aparejo a soga y tizón, de piedra arenisca, típicamente islámico, similar al que se encuentra en el castillo de Gormaz y la torre de Mezquetillas. Así como un arco de herradura califal en su puerta de acceso, elementos claramente identificadores de este tipo de arquitectura.
Por su situación en el fondo del valle, mantenía comunicación visual con las atalayas de Montejo y Torresuso, siendo su función la de control de pasos.
Era propiedad particular de Doña Elvira Giménez Rodríguez hasta el día 1 de julio de 2008. Con fecha 2 de junio de 2008, el Alcalde, Don Timoteo Arranz Barrio, en representación del Ayuntamiento de Liceras, hace una propuesta a Doña Elvira Giménez Rodríguez, solicitándo su donación a este Ayuntamiento, debido al interés turístico y cultural para este municipio y a que es su edificio más antiguo. La propiedad municipal del monumento era indispensble para que el Ayuntamiento solicitase a la Consejería de cultura su restauración. Doña Elvira, gentilmente, accede a la donación de esta Atalaya, en escritura notarial, con fecha 1 de julio de 2008.
Esta atalaya, una de las de mayor diámetro y mejor conservada, mantiene un aparejo a soga y tizón, de piedra arenisca, típicamente islámico, similar al que se encuentra en el castillo de Gormaz y la torre de Mezquetillas. Así como un arco de herradura califal en su puerta de acceso, elementos claramente identificadores de este tipo de arquitectura.
Por su situación en el fondo del valle, mantenía comunicación visual con las atalayas de Montejo y Torresuso, siendo su función la de control de pasos.
Era propiedad particular de Doña Elvira Giménez Rodríguez hasta el día 1 de julio de 2008. Con fecha 2 de junio de 2008, el Alcalde, Don Timoteo Arranz Barrio, en representación del Ayuntamiento de Liceras, hace una propuesta a Doña Elvira Giménez Rodríguez, solicitándo su donación a este Ayuntamiento, debido al interés turístico y cultural para este municipio y a que es su edificio más antiguo. La propiedad municipal del monumento era indispensble para que el Ayuntamiento solicitase a la Consejería de cultura su restauración. Doña Elvira, gentilmente, accede a la donación de esta Atalaya, en escritura notarial, con fecha 1 de julio de 2008.