Ahí, en la confluencia de ambas paredes, cuando yo era un niño, se hallaba ubicada la Casilla de los Pobres. Era un pequeño casote de unos 5 por 5 metros de superficie y tres de altura, estaba en una zona abrigada, protegida del viento. Generalmente solía estar habitado por mendigos nómada que recorrían la comarca pidiendo de
pueblo en pueblo y que durante unos días se quedaban en
Mezquetillas. A los niños nos daba miedo pasar por delante de la casilla, e incluso de día, así que los niños en grupo y desde la
plaza, solíamos acercarlos hasta ella para satisfacer nuestra curiosidad, e incluso a veces provocábamos su atención y respondían corriendo unos metros tras nosotros, volvíamos corriendo en grupo hasta la plaza y vuelta a comenzar otra vez.
Quién solía visitar la Casilla semanalmente para ver quién pernoctaba allí, era la Guardia Civil, hacían el recorrido desde el cuartelillo de
Barahona pasando por Romanillos, Mezquetillas y Alcubillla y luego vicicerva.