Desde
la era de los Goyos, en una soleada tarde de
otoño.
A través de la dispersa arboleda de los
huertos y prados del
pueblo, se observa que el otoño ya ha hecho su aparición, las hojas de chopos, olmos y otros arbustos se tiñen de diversos
colores a la vez que sus copas comienzan a deshojarse azotadas por el Regañón*.
(*) Viento que viene del Noroeste.
(*) Hay un dicho en el pueblo respecto a este viento: Aíre Regañón, ni
agua ni sol. Lo decía mi madre, lo había oído decir a su abuela Basilisa, ella sabía muchos cuentos, romances y chascarrillos del pueblo.
(25 de Octubre de 2017)