1-. Odres de Vino o Pellejos, piezas de
museo: hace muchos años, cuando todavía yo era un niño, en nuestro
pueblo todavía se utilizaban este tipo de envases para guardar y transportar el vino y el aceite. Se trata de un tipo de envase hecho con la piel de una
cabra, su capacidad era de 60 a 65 litros, cuatro arrobas, aproximadamente. La cabra debía de ser despellejada, íntegramente, sin romper la piel, solo se le cortaban las patas y la cabeza, la carne del animal, su cuerpo, tenían que sacarlo por la zona del pescuezo. Su elaboración era totalmente artesanal, había que curtir la piel, para ello le daban la vuelta; la parte exterior tenía que quedar en el interior del odre, después, le la untaban bien con pez vegetal para que ésta se adhiera al pelo y así evitar la porosidad de la piel, para que no la traspasaran los líquidos a contener. Las pequeñas botas de vino que vemos hoy en día en los
mercados se construyen de forma muy similar, aunque todos los procesos están mecanizados.
En el pueblo se utilizaban para transportar el vino, decían que así era más seguro y fácil transportarlo en odres que en las garrafas de vidrio, ya que ese viaje se hacía en caballerías, entonces no había
coches, se aparejaba la mula o el macho, se le ponía la albarda y encima de ésta se echaba el un "serón" y luego un odre a cada lado del mismo, para que la carga fuera contrapesada, en ambos lados del serón.
<-> "El odre de vino o pellejo es uno de los
recipientes más antiguos utilizados por el ser humano. Existen numerosas pruebas de su utilización en la antigua Grecia y en
Egipto, así como en diferentes civilizaciones antiguas en las que nuestros antepasados lo tenían como un utensilio muy apreciado. Su utilización iba desde contenedor de
agua, aceite, vino, miel, leche y cereales, hasta su uso para el transporte del mercurio extraído en las
minas de Almadén.”
2-. Garrafas: Eran envases de vidrio que se utilizaban para guardar y transportar vino y aceite, su uso se fue incrementando a medida que fueron desapareciendo los odres de piel. La protección exterior o revestimiento del envase era un tejido circular artesanal hecho de mimbre y cañizo, el mullido, el relleno, era de esparto, su misión era proteger y amortiguar los golpes para evitar la rotura fácil del envase. Tenían dos asas para cogerlas con facilidad y una boca de llenado la cual se cerraba con un tapón de corcho. Recuerdo que había garrafas de diferentes capacidades, arroba, media arroba y de un cuarto de arroba, -> unos cuatro litros.
3-. Cámaras de
fotos antigua, otras piezas de museo: estas cámaras eran muy diferentes a las actuales, casi todas ellas digitales. En aquellos tiempos uno se marchaba de vacaciones con la cámara y dos carretes, unas 60 fotos, para todo el
verano. Las fotos no se podían ver hasta que no se revelaban los carretes, solían transcurrir algunos días para realizar ese proceso. A veces ibas a cambiar el carrete y te percatabas que se te había olvidado ponerlo, menuda putada, todo el trabajo perdido...
<> Me consta que todavía quedan por
casa un par de esas viejas cámaras, una Reflex, otra compacta y un tomavistas, cualquier día me desharé de todos estos trastos.
4-. También el serón podemos considerarlo como otro objeto de museo: con la llegada de los tractores al
campo se produjo la desaparición de las caballerías y también de los serones, esto fue hace muchos años. Mi generación todavía conocimos su utilización y uso para muchas labores agrícolas, por ejemplo para el transporte y acarreo de la “sirle” la cagarruta o estiércol de la
oveja, de
ganado lanar, desde las parideras a los
campos, para estercolar las
fincas y mejorar la producción de los cultivos, del trigo y la cebada, fundamentalmente; para trasportar
piedras para la construcción de todo tipo de paredes; para llevar el agua desde la
fuente a casa y para acarrear el vino y otras
compras desde la
tienda de
Miño de Medinaceli a
Mezquetillas, fundamentalmente en verano, época en la que se hacían las compras más importantes para afrontar el estío veraniego, la siega del cereal, el acarreo y la
trilla del mismo, había que
comer bien y echar buenos tragos para realizar aquel trabajo tan duro.
5-. El pupitre era un módulo, un conjunto para dos o tres personas, con sus asientos correspondientes, el tablero, de trabajo, llevaba integrados dos agujeros circulares para poner en ellos el tintero y unas hendiduras para dejar la plumilla y los lápices, entonces, por los años 50, los niños escribíamos con plumilla, con frecuencia se derramaba la tinta y libros, cuadernos, e incluso la ropa la poníamos perdida. Bajo este tablero había un soporte donde se guardaban los libros y cuadernos. Buscando la comodidad del niño, los bancos evolucionaron a principios del siglo XX hacia mesas con uno, dos o tres
plazas cada una de ellas. Los pupitres modernos en comparación con los antiguos favorecían el orden en la clase, el maestro podía vigilar más de cerca a los escolares circulando por los pasillos que los separan. Además, permitían salir y entrar a sus puestos sin molestarse unos a otros.
<> La
fabrica de muebles de Alcalá de Henares, eran talleres penitenciarios donde se realizaba todo tipo de mobiliario para
escuelas y universidades, incluidos los pupitres. La mano de obra de esta fábrica procedía de los perdedores de la Guerra Civil, los esclavos del franquismo, personas que estuvieron presas durante muchos años para redimir sus penas, penas a las que habían sido condenados por sus ideas, por pensar diferente.
6-. La fiambrera: era un envase metálico con tapa, generalmente de aluminio, se utilizaba para llevar la
comida al campo, alimentos cocinados que se consumían posteriormente.
Las fiambreras solían estar muy abolladas, viajaban en el interior de las alforjas, junto con la bota, a los lomos de los mulos, a veces las alforjas se caían de los mulos y se trasteaban, e incluso se derramaba la comida, solían usarse fundamentalmente cuando las
familias iban de siega, para el desayuno, la comida y la merienda, también cuando se iba a arar o roturar los campos o bien a hacer leña. Todavía recuerdo aquellas fiambreras llenas de chorizos, lomos y costillas que tan ricos hacía mi madre...
Hace tiempo que esos envases fueron sustituidos por los tupper, las fiambreras de plástico.