<*>
Foto facilitada por Angelita Dolado Dolado, sobrina de los novios, lástima que esté un poquito deteriorada. gracias prima.
<<>> Nombre completo de los padrinos y los novios, de izquierda a derecha: Juan Dolado de Francisco, Santiago Dolado Perez, Rufina Pérez López e Isabel Dolado Pérez.
-. Santiago y Rufina se casaron en Junio del 61, pero ellos no se fueron directamente de "viaje de novios" después de la
boda, como hubiera sido lo normal, ellos esperaron unos unos meses para hacer la recolección, la siega, el acarreo y la
trilla; cuando el
fruto de su trabajo, el trigo, la cebada, la avena y el centeno estaban ya en el
granero, iniciaron su viaje de novios, se fueron a Bilbao, donde vivía su hermana Isabel, su cuñado y sobrinas, allí pasaron su luna de miel; después regresaron de nuevo a
Mezquetillas para seguir con sus labores, la
familia, el cuidado de las
ovejas, los mulos y a comenzar, otra vez, a preparar los
campos para la siembra del cereal.
Imagino que la decisión del aplazamiento del viaje de novios sería tomada de forma consensuada y en familia, de cualquier manera, una hermosa lección de responsabilidad y prioridades la que nos dieron Santiago y Rufina... Así eran y hacían nuestros padres y abuelos, no concibo ahora la aceptación de una decisión similar en esta
juventud, creo que no lo entenderían ni tampoco aceptarían sugerencias al respecto por parte de los padres.
<<<>>> En aquellos años la vida en los
pueblos era muy dura, las jornadas, arando los campos o bien guardando el
ganado, eran muy largas, de sol a sol, y la alimentación más bien escasa, precaria; el ganado lanar, las ovejas, no entienden de domingos, vacaciones, ni
fiestas de guardar, había que dedicarles los 365 días del año, llueva o
nieve, haga frío o calor, y en la época de parto del ganado, generalmente los meses de
invierno, había que entregarse a ello todavía un poco más, haciendo visitas
nocturnas a las parideras, coincidiendo con dichos partos de las ovejas. Esos desplazamientos solían ser del
pueblo a la Matilla y viceversa, lugar éste donde estaban ubicadas la mayoría de las parideras, allí, al abrigo del
monte invernaban los
ganados y parían las ovejas. Pues bien, ese recorrido de unos tres kilómetros, *
Camino de la Matila, había que hacerlo también por la
noche, a las tantas, andando sobre un maltrecho camino, embarrado totalmente en los
inviernos y con abundante
piedra rodada, con nieve,
agua y hielo en la mayoría de los casos... Que tiempos aquellos, por todas esas penurias y otras muchas, pasaban, cada temporada, nuestros padres y abuelos, pero tenían tan asumido su trabajo y responsabilidad, que no acostumbraban a lamentarse ante nadie por esas penalidades ya que todos, más o menos, se encontraban en una situación similar.
-. Vayan estos comentarios como un pequeño
homenaje de reconocimiento, respeto, cariño y admiración hacía todos esos padres y abuelos.
(*) El Camino de la Matilla, el que ahora conocemos, se construyó en los años 70 coincidiendo con la parcelación realizada en el pueblo, también se construyó, en los mismos años, parte del Camino de la Muela, tramo que va desde la
Fuente los
Caños hasta la Lastra.