<> El Tío Chupina, natural de Serón de Nágima, famoso ladrón para la
historia de Beratón, y su
banda saquearon las
casas del
pueblo mientras las gentes del lugar permanecían encerradas en la
Iglesia.
><
Foto tomada de la Wikipedia.
ROMANCE de BERATÓN, un hecho histórico ocurrido en Beratón,
Soria, el 8 de febrero de 1872.
Salve, Reina de los
Cielos,
ampare del afligido,
dadme luz para explicar
el nuevo caso ocurrido,
En este presente año,
con diez facciosos bandidos,
en el pueblo de Beratón,
de ciento veinte vecinos.
Situado al pié del Moncayo
en territorio muy frío,
pero que habitan en él
algunos ricachoncillos,
cuyos bienes codiciaron
los desalmados bandidos.
El día ocho de febrero,
domingo,
fiesta y festivo,
se plañeron las
campanas
llamando a todos los vecinos
Al
santo templo de Dios
a oír el divino oficio.
y cuando todos estaban
en el templo reunidos
el párroco dio comienzo
al divino sacrificio.
Se encajaron en la iglesia
varios de los forajidos,
quedando los otros fuera
como tenían previsto.
A las mujeres asustan,
amedrentan a los niños,
a los hombres boca abajo
manden ponerse allí mismo.
Requiriendo los trabucos,
empuñando los cuchillos,
"Nadie se Mueva, gritaban,
teniendo el puñal en mano,
"si no quieres obedecer
pronto irá un arcabuzazo".
Hubo uno que se hizo fuerte
y no se echó boca abajo,
le dieron con un cuchillo
y le rompieron un labio.
Se aproximan al
altar
donde estaba celebrando,
el cura de la
Parroquia
y el Sacristán ayudando.
"Prosiga usted con su misa
que todos somos cristianos"
- "cómo yo he de proseguir
Si, como estáis observando?
Los dos niños que ayudaban
se fueron amedrantados,
y hasta a mí el Sagrado Lienzo
se me cayó de las manos?"
Entonces el capitán,
o jefe de los malvados,
Se retiro del altar,
coge a dos hombres del brazo
y los lleva hasta el altar
para que ayuden al Párroco.
¿Qué sabían de ayudar
aquellos pobres ancianos,
que habían estado siempre
con
ganado en el Moncayo?
pero esto a los bandidos
les tenla sin cuidado.
Sin ningún temor de Dios
se pasean por el templo,
haciendo mofa y escarmio
del divino sacramento.
Para aquellos bandoleros
aquel Dios de las alturas
solo está en el firmamento
y olvidan los anatema,
al menos por un momento.
Ya se concluye la Misa,
y comienzan el saqueo,
ya se
cuadra el capitán,
.. muy valiente y muy severos.
Ya se concluye la Misa,
y comienzan el saqueo,
ya se cuadra el capitán,
.. muy valiente y muy severos
"Salgan ahí esos pudientes:
El Ángel, el Molinero,
los del
Barrio de la
Plaza
que tienen mucho dinero,
y si pronto no lo entregan
van a pagar son su cuello"
Tres fueron los que se echaron
desde el
campanario abajo,
con peligro de sus vidas,
y al
cementerio cayeron.
Oh, que acción tan prodigiosa
esos valientes hicieron,
al dar aviso a otros
pueblos
como lo verá el lector,
si procura estar atento.
Uno se marchó a La
Cueva,
otro fuese a Purujosa,
y un hijo del Molinero
a la villa de Borobia.
Los tres se fueron corriendo
como el caso requería,
a buscar un buen auxilio.
En los pueblos conveninos,
mientras que los sitiadores,
registraban los bolsillos.
A cuantos de Beratón
les quitaron sus ahorrillos!
Sacaron la Marinola,
la mujer del Marianillo,
la mayor contribuyente
de todo este pueblecillo.
La llevaron a su
casa
y mandaban degollarla
como se hace a un cabrito
hasta arrancarle, el postrero
Cuarto, de los escondidos.
Y así sucesivamente
hicieron a otros vecinos.
después de desvalijarlos
los llevaban a la iglesia
y los dejaban atados.
para sumarlos al martirio.
Terminada la tarea
los ladrones reunidos
llenos de satisfacción
y con regocijo henchido
metieronse en una casa
a atracarse de chorizo.
Muy pronto los de la iglesia
salieron pegando gritos,
se querían escapar
pero no les fue preciso.
Sufrir, o morir en vano.
"Sufrir o morir" han dicho.
Tal fue Lucio, que armado,
los vio por una calleja
y tuvo tal advertencia
de bajarse y esconderse
tras la pared de una era.
Los ladrones allí estaban
haciendo muy buenas cuentas
sobre la repartición
de unas robadas monedas.
Igual Lucio las arregla
"yo puedo matar a uno"
se dice con honda pena,
"pero yo muero también,
que venga lo que Dios quiera".
Se santigua y dispara
y fue su suerte tan buena
que atravesó al Capitán
de lado a lado una pierna.
Con otros diez trabucazos
los bandidos contestan
y la
Virgen de los
Santos,
cuyo escapulario lleva,
les saca y les da a correr
hacia el
Valle, como ciervas.
Y pronto los purujosanos,
asomanse por la cuenta,
cargados de hoces y palos
y otras ofensivas armas
que junto con los del pueblo,
y otros que de lejos llegan,
dan alcance a los bandidos
en las cercanas laderas,
y obliganles a rendirse
después de brutal pelea,
dando por resultado de
estos tristes episodios:
tres muertos tendidos quedan,
dos heridos, cinco presos.
Los conducen al poblado
cruzados en cinco bestias
y pueblo y autoridades
piden a los cinco vivos
que se hagan los responsables.
Fin del romance.
"Textos recuperados, tomados, de dos hojas de papel mecanografiadas hace casi 50 años"
(8 de Febrero de 1976)