Título: La Comisión más rara de las Fiestas de Blacos
Siempre tenían un ambiente especial, aunque el motivo fuese intrascendente. Eran las meriendas de agosto, pintadas con el fervor de la adolescencia, escondidas en las sombras de la vergüenza y envueltas en un pequeño halo de misterio que, a veces, parecía selectivo pero en realidad era de presencia voluntaria. Viajábamos poco pero lo suficiente para extender el mantel unas veces a la sombra del santo, otras al arrullo de la corriente mestiza ... (ver texto completo)
Siempre tenían un ambiente especial, aunque el motivo fuese intrascendente. Eran las meriendas de agosto, pintadas con el fervor de la adolescencia, escondidas en las sombras de la vergüenza y envueltas en un pequeño halo de misterio que, a veces, parecía selectivo pero en realidad era de presencia voluntaria. Viajábamos poco pero lo suficiente para extender el mantel unas veces a la sombra del santo, otras al arrullo de la corriente mestiza ... (ver texto completo)