Pasar por estos pequeños pueblos llenos de encanto que fácilmente nos transportan a épocas cargadas de historias y sugerencias es un deber cultural. Nada pertubará nuestra paz en Omeñaca lugar no mancillado por los ruidos, la contaminación y el agobio. Vale la pena entrar. Está junto a la carretera Soria-Zaragoza (Nacional 122).