AQUEL HOMBRE CAMINABA JUNTO AL RÍO UCERO
Eran las ocho de la tarde, de aquel día de verano. EL hombre aquel caminaba sólo por la Ribera del Rio Ucero, el hombre con una edad mayor pensaba cuando su caminata era un paseo, por las orillas del Río Ucero, “Que maravilla de paisaje, que Atalaya más preciosa, que Puente Romano más bien construido sobre este Río tan austero y castellano, que termina en el Río Duero, más según iba avanzando su delirio continuaba viendo lo malo y lo bueno, a el Castillo ... (ver texto completo)
Eran las ocho de la tarde, de aquel día de verano. EL hombre aquel caminaba sólo por la Ribera del Rio Ucero, el hombre con una edad mayor pensaba cuando su caminata era un paseo, por las orillas del Río Ucero, “Que maravilla de paisaje, que Atalaya más preciosa, que Puente Romano más bien construido sobre este Río tan austero y castellano, que termina en el Río Duero, más según iba avanzando su delirio continuaba viendo lo malo y lo bueno, a el Castillo ... (ver texto completo)