Esto todavía podría salvarse. No estamos hablando de una choza sino de un abside románico de hace casi mil años. No estamos tan sobrados de cosas artísticas como para dejarnos perder una joya de estas características. Incluso sería prefebrible, antes de que se derrumbe definitivamente, que el clero o el ayuntamiento venda la iglesia a algún acaudalado barrigudo catalán o gringo (antecedentes ya hubo)y se la ponga en su finca o junto a su chalé. Sería vergonzoso, no lo niego, pero es mas vergonzoso que se caiga el auelo delante de nuestros atónitos ojos de palurdos aldeanos.