Que tristeza, se fue la vida y con ella la ilusión y la alegría. Ya no jugarán los niños ni irán a la escuela, ni los jóvenes se reunirán para sus diversiones y coqueteos, ni los viejos tomarán el sol en sus calles. Todo es silencio y soledad. Se irán cayendo las piedras hasta quedar arrasado, y su historia y sus leyendas perecerán como sus piedras... Un pueblo abandonado completamente al que no se puede ir en coche. Un transatlántico abandonado en medio de un piélago de tierras yelmas y algún que otro sembrado. Adios pueblos de Soria...