Y AQUEL HOMBRE LLORÓ
En sus ojos vi tristeza
llena de melancolía,
no se cual fue su torpeza
cuando buscó la alegría.
Entre rara simpatía
de su pasado orgulloso,
nunca demostró armonía
en su tiempo vanidoso.
La soledad le atormenta
en sus años con temblores,
y sus temores aumentan
cuando le llegan dolores
En aquella noche fría
de soledad castellana,
comprobó que existe el día
de vivir la vida ufana.
Los vientos le dieron nones
por su pasado ruinoso,
supo de las confusiones
de aquel tiempo tan gozoso.
Aquel hombre que lloraba
sin explicar sus razones,
solito se condenaba
entre negras vibraciones.
Solo a su dios le imploraba
con frases explicativas,
más luego se lamentaba
de nuevas iniciativas.
Sus lágrimas le rodaban
por sus mejillas rugosas,
y en su cara se paraban
cómo dos flores hermosas.
Lloró cómo llora un niño
cuando le falta su madre,
aquel hombre sin cariño
jamás le llamaron padre.
G X Cantalapiedra.
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