Que historia tan triste, que pena, tan joven! Y ni siquiera pudo disfrutar de su hijito. Cuantas injusticias.
Pues sí
amiga, muy triste e injusto el castigo aplicado, y solo por pensar, por razonar, pero claro, en aquel tiempo los hombres no podían hacer nada de eso, y las mujeres ya, ni te cuento...
Esto parece que comienza a funcionar, quizás en unos días ya podamos movernos entre las distintas autonomías, así que daremos algún
paseo por
Mezquetillas.
Saludos.