Pisé sus calles en cuesta
y supe de sus misterios,
viviendo tiempos de fiesta
me hablaron de monasterios.
San Esteban es romance
de aquel Cid que fue guerrero,
teniendo siempre a su alcance
a la Virgen del Rivero.
Arcos que marcan los años
y que vigilan al Duero,
calles que tienen peldaños
e invitan al romancero.
Puente que sabe de historia
y que admira el forastero,
detalles que en la memoria
crecen al cruzar el Duero.
Fue frontera con los moros
y con ellos sufrió en guerra,
su resistencia y decoros
dieron valor a esta tierra.
San Esteban es camino
de sueños y trovadores,
entre jilgueros y trinos
sus álamos son cantores.
Es bonita su ribera
y grandes sus tradiciones,
sus gentes tienen solera
al vivir sus emociones.
G. X. Cantalapiedra.
y supe de sus misterios,
viviendo tiempos de fiesta
me hablaron de monasterios.
San Esteban es romance
de aquel Cid que fue guerrero,
teniendo siempre a su alcance
a la Virgen del Rivero.
Arcos que marcan los años
y que vigilan al Duero,
calles que tienen peldaños
e invitan al romancero.
Puente que sabe de historia
y que admira el forastero,
detalles que en la memoria
crecen al cruzar el Duero.
Fue frontera con los moros
y con ellos sufrió en guerra,
su resistencia y decoros
dieron valor a esta tierra.
San Esteban es camino
de sueños y trovadores,
entre jilgueros y trinos
sus álamos son cantores.
Es bonita su ribera
y grandes sus tradiciones,
sus gentes tienen solera
al vivir sus emociones.
G. X. Cantalapiedra.