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QUERIENDO VER EL DUERO EN SAN ESTEBAN DE GORMAZ
Fuimos a ver esos puentes de madera bien marcados, y sentimos la corriente entre los pinos soñados. Me hablaron de cierta playa en aguas de San Esteban, viendo el Duero con su raya donde los cielos se elevan. San Esteban de Gormaz donde el Duero marca ambiente, es lugar de ROMANCERO con una buena corriente. Arboles muy bien cuidados, entre brisas sonrientes, senderos que son soñados con sus aguas muy corrientes. Sentir el Duero con brisas en las tardes de verano, mientras suenan las sonrisas de cualquier cariño humano. San Esteban va marcando el romancero del Cid, años que fueron pasando, siendo en eso el adalid. Las historias siguen vivas por las orillas del Duero, muchas de ellas nos motivan al ser un pueblo guerrero. Cruzar El Duero sin miedo y sin provocar desmanes, olvidando cierto enredo que pueden dejar los planes. Esta Ribera del Duero que supo de llanto y guerra, le dio vida al romancero al hacer grande esta tierra. El Duero sigue guardando leyendas de muchos tiempos, dicen que siguen soñando con vivir los nuevos vientos. San Esteban sigue activo mientras contempla su Duero, no precisa de motivo si busca amor verdadero. Sentir al Duero brillando con sus aguas delicadas, mientras seguimos pensando en bonitas madrugadas. G X Cantalapiedra.
Fuimos a ver esos puentes de madera bien marcados, y sentimos la corriente entre los pinos soñados. Me hablaron de cierta playa en aguas de San Esteban, viendo el Duero con su raya donde los cielos se elevan. San Esteban de Gormaz donde el Duero marca ambiente, es lugar de ROMANCERO con una buena corriente. Arboles muy bien cuidados, entre brisas sonrientes, senderos que son soñados con sus aguas muy corrientes. Sentir el Duero con brisas en las tardes de verano, mientras suenan las sonrisas de cualquier cariño humano. San Esteban va marcando el romancero del Cid, años que fueron pasando, siendo en eso el adalid. Las historias siguen vivas por las orillas del Duero, muchas de ellas nos motivan al ser un pueblo guerrero. Cruzar El Duero sin miedo y sin provocar desmanes, olvidando cierto enredo que pueden dejar los planes. Esta Ribera del Duero que supo de llanto y guerra, le dio vida al romancero al hacer grande esta tierra. El Duero sigue guardando leyendas de muchos tiempos, dicen que siguen soñando con vivir los nuevos vientos. San Esteban sigue activo mientras contempla su Duero, no precisa de motivo si busca amor verdadero. Sentir al Duero brillando con sus aguas delicadas, mientras seguimos pensando en bonitas madrugadas. G X Cantalapiedra.