YA HAN PASADO MUCHOS AÑOS, QUIZÁ 40,
En aquella noche de verano de hace unos cuarenta años, circulando por los Altos de Ayllón, en un vehículo SEAT, - 1430, con motor de gasolina, pero preparado para circular con butano, que sobre las tres de la madrugada aquel hombre que venía a visitar a su esposa e hijos, en tierras de Soria, estaba entrando en su provincia, entre laderas imposibles de escalar, y paisajes que parecen del planeta Marte, Cuando sintió un calorcillo superior al que el sol esta dando a medio día, y se acordó que tenía que parar en Peñalba de San Esteban, para descansar un rato y tomar café en una cafetería que existía en la parte del pueblo casi al llegar a su iglesia, todo el recorrido hasta llegar a San Esteban de Gormaz. Era muy conocido por ese hombre. Más en aquel trozo de Los Altos de Ayllón, el hombre aquel dejó de escuchar el motor, y sentía como una placidez enorme por todo el cuerpo, el coche no bacheaba ni hacia pequeños giros, todo era como cuando se va en una nube, y no te molesta nada, no podía pensar, ni mirar hacía el vacío, solo notaba algo raro que le tenía medio dormido, aquel recorrido suele tener muchas curvas de bajada, y el siguiente trozo de carretera es peligroso, pero aquel hombre cuando se le fue aquel estado de dulzura, se encontraba en El Puente del ROMANCERO, de San Esteban de Gormaz, sin semáforo como ahora existe, El Hombre pensó esto no es normal, he andado como veintitantos kilómetros, sin meter ruido el coche y creo que sin pisar las ruedas el asfalto, El hombre aquel le parecía milagroso aquel viaje que muchas veces había realizado, Sin más problemas a las tres y media de la madrugada, llegaba al pueblo donde le esperaba su familia, que al verle le dijeron, tienes cara de sueño y los pelos como de punta, has reñido con alguien, dijo que no, pero algo sospecharon que no era normal, el hombre antes de irse todos a la cama comentó, esta noche creo que he volado bajo pero volado, su familia le dijo estás loco, y así se fueron todos a dormir, al día siguiente en un comercio del Burgo de Osma, escuchó una parecida historia a la suya, su esposa le dijo, otro como tu que ve fantasmas por la carretera. Y así quedó la historia, que nadie jamás contó en ese recorrido límite entre Segovia y Soria. G X Cantalapiedra.
En aquella noche de verano de hace unos cuarenta años, circulando por los Altos de Ayllón, en un vehículo SEAT, - 1430, con motor de gasolina, pero preparado para circular con butano, que sobre las tres de la madrugada aquel hombre que venía a visitar a su esposa e hijos, en tierras de Soria, estaba entrando en su provincia, entre laderas imposibles de escalar, y paisajes que parecen del planeta Marte, Cuando sintió un calorcillo superior al que el sol esta dando a medio día, y se acordó que tenía que parar en Peñalba de San Esteban, para descansar un rato y tomar café en una cafetería que existía en la parte del pueblo casi al llegar a su iglesia, todo el recorrido hasta llegar a San Esteban de Gormaz. Era muy conocido por ese hombre. Más en aquel trozo de Los Altos de Ayllón, el hombre aquel dejó de escuchar el motor, y sentía como una placidez enorme por todo el cuerpo, el coche no bacheaba ni hacia pequeños giros, todo era como cuando se va en una nube, y no te molesta nada, no podía pensar, ni mirar hacía el vacío, solo notaba algo raro que le tenía medio dormido, aquel recorrido suele tener muchas curvas de bajada, y el siguiente trozo de carretera es peligroso, pero aquel hombre cuando se le fue aquel estado de dulzura, se encontraba en El Puente del ROMANCERO, de San Esteban de Gormaz, sin semáforo como ahora existe, El Hombre pensó esto no es normal, he andado como veintitantos kilómetros, sin meter ruido el coche y creo que sin pisar las ruedas el asfalto, El hombre aquel le parecía milagroso aquel viaje que muchas veces había realizado, Sin más problemas a las tres y media de la madrugada, llegaba al pueblo donde le esperaba su familia, que al verle le dijeron, tienes cara de sueño y los pelos como de punta, has reñido con alguien, dijo que no, pero algo sospecharon que no era normal, el hombre antes de irse todos a la cama comentó, esta noche creo que he volado bajo pero volado, su familia le dijo estás loco, y así se fueron todos a dormir, al día siguiente en un comercio del Burgo de Osma, escuchó una parecida historia a la suya, su esposa le dijo, otro como tu que ve fantasmas por la carretera. Y así quedó la historia, que nadie jamás contó en ese recorrido límite entre Segovia y Soria. G X Cantalapiedra.