Pues yo nunca he pasado alli las
Navidades, y la verdad es que me he quedado con las ganas de ver los chuzos de hielo colgando de los
tejados. Me han contado que de peques (hace mucho ya, alla por los 50 y 60) los arrancaban y se los llevaban chupando como si fueran un piruli de caramelo! Una pena que se pierdan esas
costumbres...