Reivindicaciones para que Logroño fuese denominada La Rioja
El nombre dado a la nueva provincia no fue cuestionado durante casi siglo y medio de vigencia. Son los planteamientos de reforma administrativa del Estado, nacidos al desaparecer la dictadura franquista, los que ponen en marcha la reivindicación de que la provincia deje de llamarse de Logroño y pase a denominarse de La Rioja.
En 1976 se comenzaron a oír las primeras reivindicaciones dentro de la polémica de la regionalización. Era la consecuencia de que el gobierno de Suárez, para contentar a todo el mundo, dadas las ansias reivindicativas de catalanes, gallegos y vascos, decidió que había que “dar café” para todos. Y la que antes de 1833 no era ni provincia, se convertiría en una flamante Comunidad Autónoma. En aquel momento, el diario Nueva Rioja realizó una encuesta planteando la pregunta "Se debe cambiar el nombre de la provincia. ¿Logroño o Rioja?", que dio como resultado posiciones encontradas y el comienzo de un debate en la Administración.
(Como todo el mundo sabe, Castilla se fragmentó -perdió Logroño (La Rioja), Santander (Cantabria) -ya no pdría reivindicar nunca las también castellanas Guadalajara y Cuenca -ésta al menos en su parte castellana-, y se matrimonió a la fuerza con León. Segovia cumplió todos los requisitos legales para formar provincia auntónoma, pero los políticos dijeron que nones. Y Valladolid pasó a ser el ombligo del híbrido Castilla y León.)
El nombre dado a la nueva provincia no fue cuestionado durante casi siglo y medio de vigencia. Son los planteamientos de reforma administrativa del Estado, nacidos al desaparecer la dictadura franquista, los que ponen en marcha la reivindicación de que la provincia deje de llamarse de Logroño y pase a denominarse de La Rioja.
En 1976 se comenzaron a oír las primeras reivindicaciones dentro de la polémica de la regionalización. Era la consecuencia de que el gobierno de Suárez, para contentar a todo el mundo, dadas las ansias reivindicativas de catalanes, gallegos y vascos, decidió que había que “dar café” para todos. Y la que antes de 1833 no era ni provincia, se convertiría en una flamante Comunidad Autónoma. En aquel momento, el diario Nueva Rioja realizó una encuesta planteando la pregunta "Se debe cambiar el nombre de la provincia. ¿Logroño o Rioja?", que dio como resultado posiciones encontradas y el comienzo de un debate en la Administración.
(Como todo el mundo sabe, Castilla se fragmentó -perdió Logroño (La Rioja), Santander (Cantabria) -ya no pdría reivindicar nunca las también castellanas Guadalajara y Cuenca -ésta al menos en su parte castellana-, y se matrimonió a la fuerza con León. Segovia cumplió todos los requisitos legales para formar provincia auntónoma, pero los políticos dijeron que nones. Y Valladolid pasó a ser el ombligo del híbrido Castilla y León.)