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SORIA: Si es que estos flamencos son muy flamencos. Pues espérate...

Ya ves, Félix, lo que ha dado de sí esta noche lo de la lengua de Cervantes. La mujer nos merece todo el respeto que se merece, y aún más, (y con hechos) aunque alguna despistada si lee al Celtíbero y a éste habrá juzgado equivocadamente. Lo que me parece mezquino es que se quiera imponer una forma de hablar absurda. Fíjate, si va uno y se obsesiona con esto y va al carnicero y le tiene que decir: ¿Tienes carne de cerdo o cerda? ¿De conejo o coneja? ¿O de pollo o p...? El fondo de respeto es lo que cuenta. Pues sí, políticos analfabetos -o demagogos, que no sé qué es peor- que desconocen que en el idioma hay algo que se llama precisamente genérico (ge-né-ri-co) y que cuando dices, por ejemplo españoles, cualquier mujer normal se da por incluida y aludida, aunque sus conocimientos sean limitados. Y esto, los tontos y las tontas del culo todavía no lo entienden. O no se quieren enterar.
Un saludo.
P. D. Real como la vida misma: Una inspectora de Educación de una provincia andaluza, le devolvió toda una Memoria de Fin de Curso -un tocho así de grande- a un director para que lo corrigiera porque, incauto, cometió la ligereza de poner: Número total de alumnos: tal; aprobados: tal. Etc. Doy fe porque me lo contó el interesado. ¡Manda trillos!

Todo lo comentado el otro día no quita ni un ápice al hecho de que han existido, y existen, muchas connotaciones machistas en nuestro lenguaje y no sólo no habrá que reforzarlas nunca más sino irlas dejando de lado. Pero sin caer en el absurdo, ni sacar las cosas de contexto. Es bueno que se haga una reflexión sobre ciertas expresiones que hay que desterrar, por lo que suponen de ninguneo o desprecio de la mujer, pero sin caer en el absurdo en que caen algunas, y también alguno, como las miembras y las jóvenas que, por lo ridículo de su postura, consiguen lo contrario de lo que pretenden, ese respeto y cambio de mentalidad tan necesarios. Más de uno seguiremos usando los genéricos cuando venga el caso y haremos la desagregación cuando sea oportuno. Sin complejos ni demagogias, de las que no necesitamos.

Hoy, precisamente, leo un reportaje sobre una tesis de un doctor universitario que revela el sexismo y la discriminación de la mujer en las coplas flamencas desde el siglo XIX hasta hoy. Algunas letras son muy significativas sobre lo que comentábamos del lenguaje:
"La gachi que yo camelo, si otro me la camelara, sacara mi navajita y el pescuezo le cortara". (Se deduce que a ella.)
Otra: "Agujitas y alfileres, le clavaran a mi novia, cuando la llamo y no viene".
Y otra más: "En la esquinita te espero, chiquilla como no vengas, 'aonde' te encuentre te pego".

Ya no machistas, sino letras que son ejemplos de apología de malos tratos.

Si es que estos flamencos son muy flamencos. Pues espérate ccomo sigan entrando los machistas de por alá y más alá. Veo a las titis con el niqab, como poco, o el burka. No, si al final van a añorar a Isabel la Católica y su obra, tan denostadas ambas por algunos. Jia.