Una hora más que da paso a la melancolía invernal
A partir de ahora, amanecerá y anochecerá una hora antes
Con el nuevo horario habrá menos ocasiones de hacer deporte
La escasez de luz puede provocar alteraciones hormonales
Ángel Díaz | Madrid
Actualizado sábado 30/10/2010 04:33 horasDisminuye el tamaño del textoAumenta el tamaño del textoEl cambio de hora se realiza, por motivos económicos, porque acarrea una importante ventaja: amanece una hora antes y se gasta menos luz. Pero, como no se puede 'burlar' al Sol, el truco cronográfico acarrea, necesariamente, una desventaja equivalente: anochece una hora antes.
El simple hecho de que la noche se nos eche antes encima puede tener consecuencias para la salud, como el desarrollo de afecciones psiquiátricas en personas predispuestas y una mayor dificultad para hacer deporte o desarrollar actividades al aire libre. Hay que tener en cuenta que esas horas de la tarde, una de las cuales será ganada por la noche a partir de hoy, son las que la mayoría de la gente puede emplear para hacer ejercicio, dar un paseo o dedicarse al ocio.
"Los estudios muestran que la gente es más feliz, más enérgica y menos propensa a enfermar en los días largos y luminosos de verano, mientras que su humor tiende a rebajarse -y los estados de ansiedad y depresión a intensificarse- durante los días más cortos y grises del invierno", explica Mayer Hillman, profesor emérito de la Universidad de Westminster (Reino Unido), en el último número de la revista 'British Medical Journal'.
A partir de ahora, amanecerá y anochecerá una hora antes
Con el nuevo horario habrá menos ocasiones de hacer deporte
La escasez de luz puede provocar alteraciones hormonales
Ángel Díaz | Madrid
Actualizado sábado 30/10/2010 04:33 horasDisminuye el tamaño del textoAumenta el tamaño del textoEl cambio de hora se realiza, por motivos económicos, porque acarrea una importante ventaja: amanece una hora antes y se gasta menos luz. Pero, como no se puede 'burlar' al Sol, el truco cronográfico acarrea, necesariamente, una desventaja equivalente: anochece una hora antes.
El simple hecho de que la noche se nos eche antes encima puede tener consecuencias para la salud, como el desarrollo de afecciones psiquiátricas en personas predispuestas y una mayor dificultad para hacer deporte o desarrollar actividades al aire libre. Hay que tener en cuenta que esas horas de la tarde, una de las cuales será ganada por la noche a partir de hoy, son las que la mayoría de la gente puede emplear para hacer ejercicio, dar un paseo o dedicarse al ocio.
"Los estudios muestran que la gente es más feliz, más enérgica y menos propensa a enfermar en los días largos y luminosos de verano, mientras que su humor tiende a rebajarse -y los estados de ansiedad y depresión a intensificarse- durante los días más cortos y grises del invierno", explica Mayer Hillman, profesor emérito de la Universidad de Westminster (Reino Unido), en el último número de la revista 'British Medical Journal'.
Este autor defiende que "no deberíamos atrasar los relojes este fin de semana" y recuerda un estudio que él mismo realizó en 1988, en el que mostraba que saltarse el cambio de hora invernal -pero no el estival- incrementaría significativamente el tiempo disponible para actividades al aire libre.
En concreto, el cálculo asciende a 300 horas más al año para adultos y 200 horas más para niños, teniendo en cuenta los horarios habituales de cada cual. "El efecto positivo que tendría aumentar de esta forma las horas de día disponibles para promover la salud y el bienestar ha sido sistemáticamente pasado por alto", lamenta Hillman.
Depresión de invierno
La llegada anticipada de la noche también puede provocar, en personas susceptibles a los estados depresivos, una dolencia conocida como trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés) o depresión de invierno. "En ausencia de luz, se segrega melatonina, un hormona que nos lleva la relajación y el sueño", explica la psicóloga clínica y sexóloga Miren Larrazabal. Este proceso, combinado con otros factores, puede influir, a su vez, en otras hormonas como la serotonina, cuya carencia está íntimamente relacionada con la tristeza y, en grados patológicos, con la depresión.
"Hipócrates ya hablaba de la melancolía invernal", recuerda Larrazabal, quien describe los principales síntomas del trastorno afectivo estacional: "Menos energía, pensamientos negativos, más irritabilidad, fluctuaciones de peso...". Las causas son multifactoriales, aclara, pero "tenemos claro que la luz desempeña un papel importante". Estudios comparativos han mostrado, de hecho, que los habitantes del norte de EEUU son más susceptibles a esta dolencia que los del sur, y una de las terapias recomendadas es viajar a sitios soleados durante el invierno.
Lo cierto es que, aunque no se esté predispuesto a la depresión, el cambio de hora provoca siempre una pequeña confusión hormonal, que normalmente no pasa a mayores. "No tiene peligro y en cuatro o cinco días se regula perfectamente", indica el neurobiólogo Ricardo Martínez Murillo, del Instituto Cajal, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
"La melatonina se altera: si hay menos horas de luz, los niveles son mayores", señala este experto, quien recuerda que esta clase de variaciones biológicas, llamadas ritmos circadianos, fueron una ventaja evolutiva para nuestros ancestros unicelulares, que se defendían de los rayos ultravioleta del Sol adoptando patrones cíclicos y aprovechando la noche para replicar el ADN.
saludos
En concreto, el cálculo asciende a 300 horas más al año para adultos y 200 horas más para niños, teniendo en cuenta los horarios habituales de cada cual. "El efecto positivo que tendría aumentar de esta forma las horas de día disponibles para promover la salud y el bienestar ha sido sistemáticamente pasado por alto", lamenta Hillman.
Depresión de invierno
La llegada anticipada de la noche también puede provocar, en personas susceptibles a los estados depresivos, una dolencia conocida como trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés) o depresión de invierno. "En ausencia de luz, se segrega melatonina, un hormona que nos lleva la relajación y el sueño", explica la psicóloga clínica y sexóloga Miren Larrazabal. Este proceso, combinado con otros factores, puede influir, a su vez, en otras hormonas como la serotonina, cuya carencia está íntimamente relacionada con la tristeza y, en grados patológicos, con la depresión.
"Hipócrates ya hablaba de la melancolía invernal", recuerda Larrazabal, quien describe los principales síntomas del trastorno afectivo estacional: "Menos energía, pensamientos negativos, más irritabilidad, fluctuaciones de peso...". Las causas son multifactoriales, aclara, pero "tenemos claro que la luz desempeña un papel importante". Estudios comparativos han mostrado, de hecho, que los habitantes del norte de EEUU son más susceptibles a esta dolencia que los del sur, y una de las terapias recomendadas es viajar a sitios soleados durante el invierno.
Lo cierto es que, aunque no se esté predispuesto a la depresión, el cambio de hora provoca siempre una pequeña confusión hormonal, que normalmente no pasa a mayores. "No tiene peligro y en cuatro o cinco días se regula perfectamente", indica el neurobiólogo Ricardo Martínez Murillo, del Instituto Cajal, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
"La melatonina se altera: si hay menos horas de luz, los niveles son mayores", señala este experto, quien recuerda que esta clase de variaciones biológicas, llamadas ritmos circadianos, fueron una ventaja evolutiva para nuestros ancestros unicelulares, que se defendían de los rayos ultravioleta del Sol adoptando patrones cíclicos y aprovechando la noche para replicar el ADN.
saludos