ERAN DÍAS DE SUBIR A LOS CASTILLOS DE SORIA
Soplaban vientos de norte, aquel día de Santiago, mi juventud de resorte, sin verme nunca cansado. Fui subiendo los Castillos que Soria tiene olvidados, Calatañazor, con Gormaz fueron lugares soñados. Me pase por Caracena, El Burgo le tuve al lado, Langa de Duero y San Leonardo. Luego Berlanga de Duero, con su Castillo en el alto, un tal Tovar fue su dueño, que ya no puede cuidarlo. Hoy quisiera recordarlo, mientras la conciencia grita, con este virus de espanto, que a todo el mundo le agita. Eran años de silencios, fueron vientos recordados, las ilusiones de entonces buscan los sueños quebrados. Hoy que recuerdo la fecha de aquel tiempo ya olvidado, siento que la vida deja algún sueño despistado. Hoy que caminan los virus, por caminos con sembrados, sentimos bien los abusos de este tiempo trastocado, Quiero recordar Castillos, quiero un mundo ilusionado, no quiero escuchar los grillos con el campo abandonado. Hay frases que siguen locas por los muchos despoblados, y hocinos con grandes rocas que temes estar al lado. Soria de cuevas y simas, Soria con campos llorando, lugares con sus colinas que parecen ir clamando. Cuando se mueran los pueblos, entre sufridos desmayos, pueden temblar los enebros al ver que mueren sus tallos. Viejos Castillos guerreros, hoy en día solitarios, ayer fueron los primeros que notaron sus calvarios. No quiero los vientos fríos, ni prefiero el dios mediante, ni que se pierdan los ríos por ser signo delirante. Soria de lanzas y espadas, entre piedras y pinares, existen ciertas tabladas en los más bellos lugares. El Duero va caminando, como marcado el rodaje, Machado sigue cantando a este bonito paisaje. De vez en cuando le siento, pienso si seré su amante, en el ambiente presiento tenerle siempre delante. Soria camina conmigo, hoy la siento delirante, va recibiendo un castigo que no quiero ver delante. Soria con cruces perdidas, en las ermitas pensantes, estas tardes deprimidas se notan interrogantes. No vale gritar al viento, no sirve llorar a mares, cuando vives sufrimiento todo se te vuelven males. Soria sigue resistiendo en sus serios hospitales, un grito de amor yo siento que puede aliviar sus males… Desde esta Cima de Madrid, sintiendo todas las muertes de gente que fue feliz y que no tuvieron suerte… G X Cantalapiedra. 16 – 4 - 2020.
Soplaban vientos de norte, aquel día de Santiago, mi juventud de resorte, sin verme nunca cansado. Fui subiendo los Castillos que Soria tiene olvidados, Calatañazor, con Gormaz fueron lugares soñados. Me pase por Caracena, El Burgo le tuve al lado, Langa de Duero y San Leonardo. Luego Berlanga de Duero, con su Castillo en el alto, un tal Tovar fue su dueño, que ya no puede cuidarlo. Hoy quisiera recordarlo, mientras la conciencia grita, con este virus de espanto, que a todo el mundo le agita. Eran años de silencios, fueron vientos recordados, las ilusiones de entonces buscan los sueños quebrados. Hoy que recuerdo la fecha de aquel tiempo ya olvidado, siento que la vida deja algún sueño despistado. Hoy que caminan los virus, por caminos con sembrados, sentimos bien los abusos de este tiempo trastocado, Quiero recordar Castillos, quiero un mundo ilusionado, no quiero escuchar los grillos con el campo abandonado. Hay frases que siguen locas por los muchos despoblados, y hocinos con grandes rocas que temes estar al lado. Soria de cuevas y simas, Soria con campos llorando, lugares con sus colinas que parecen ir clamando. Cuando se mueran los pueblos, entre sufridos desmayos, pueden temblar los enebros al ver que mueren sus tallos. Viejos Castillos guerreros, hoy en día solitarios, ayer fueron los primeros que notaron sus calvarios. No quiero los vientos fríos, ni prefiero el dios mediante, ni que se pierdan los ríos por ser signo delirante. Soria de lanzas y espadas, entre piedras y pinares, existen ciertas tabladas en los más bellos lugares. El Duero va caminando, como marcado el rodaje, Machado sigue cantando a este bonito paisaje. De vez en cuando le siento, pienso si seré su amante, en el ambiente presiento tenerle siempre delante. Soria camina conmigo, hoy la siento delirante, va recibiendo un castigo que no quiero ver delante. Soria con cruces perdidas, en las ermitas pensantes, estas tardes deprimidas se notan interrogantes. No vale gritar al viento, no sirve llorar a mares, cuando vives sufrimiento todo se te vuelven males. Soria sigue resistiendo en sus serios hospitales, un grito de amor yo siento que puede aliviar sus males… Desde esta Cima de Madrid, sintiendo todas las muertes de gente que fue feliz y que no tuvieron suerte… G X Cantalapiedra. 16 – 4 - 2020.