EN FECHAS DE NAVIDAD
Hace seis años de aquello, entendiendo de paciencia, en cierto momento bello el hombre buscó indulgencia.
Con la soledad sintiendo lo mucho que desalienta, el hombre fue comprendiendo que el amor no tiene venta.
Viudo con muchos pesares, pensando en versos sinceros, intento que sus hogares no fueran tiempos austeros.
A una vecina soltera en fechas de navidades, la explico su primavera y sus duras realidades.
El ascensor de testigo entre tremendas palabras, la habló de ser más que amigo dejando frases gravadas.
Se quedaron los dos mudos, cada cual se fue a su casa, eran momentos agudos que la duda siempre arrasa.
A la mañana siguiente el hombre vino a buscarla, ella lo tuvo presente, él lograba acompañarla.
Y pasearon por la acera ella siempre muy callada, el hombre que siempre espera ve su vida acompañada.
Los dos fueron hasta el Duero, sus sombras son alargadas, aquel frío traicionero deja manos agarradas.
El retorno del camino marca fechas encantadas, el hombre lo ve divino al ver pasiones buscadas.
Un café lleno de sueños con razones muy calladas, sus ojos brillan risueños al ver sombras amarradas.
Por El Collado marcharon con frases medio mezcladas, los dos juntos se alegraron en las fechas congeladas.
Fechas de las soledades, caricias que son soñadas, muchas frases son verdades entre brisas encantadas.
No vale gritar la viento, ni llorar penas amargas, ni perder el buen aliento de algunas jornadas largas.
Hay momentos en la vida con soledad y distancia, que ves la ruta perdida y puede ser ignorancia.
Deja que vuele la brisa, la niebla sigue cerrada, habrá que dejar la prisa y vivir vida anhelada. G X Cantalapiedra.
Hace seis años de aquello, entendiendo de paciencia, en cierto momento bello el hombre buscó indulgencia.
Con la soledad sintiendo lo mucho que desalienta, el hombre fue comprendiendo que el amor no tiene venta.
Viudo con muchos pesares, pensando en versos sinceros, intento que sus hogares no fueran tiempos austeros.
A una vecina soltera en fechas de navidades, la explico su primavera y sus duras realidades.
El ascensor de testigo entre tremendas palabras, la habló de ser más que amigo dejando frases gravadas.
Se quedaron los dos mudos, cada cual se fue a su casa, eran momentos agudos que la duda siempre arrasa.
A la mañana siguiente el hombre vino a buscarla, ella lo tuvo presente, él lograba acompañarla.
Y pasearon por la acera ella siempre muy callada, el hombre que siempre espera ve su vida acompañada.
Los dos fueron hasta el Duero, sus sombras son alargadas, aquel frío traicionero deja manos agarradas.
El retorno del camino marca fechas encantadas, el hombre lo ve divino al ver pasiones buscadas.
Un café lleno de sueños con razones muy calladas, sus ojos brillan risueños al ver sombras amarradas.
Por El Collado marcharon con frases medio mezcladas, los dos juntos se alegraron en las fechas congeladas.
Fechas de las soledades, caricias que son soñadas, muchas frases son verdades entre brisas encantadas.
No vale gritar la viento, ni llorar penas amargas, ni perder el buen aliento de algunas jornadas largas.
Hay momentos en la vida con soledad y distancia, que ves la ruta perdida y puede ser ignorancia.
Deja que vuele la brisa, la niebla sigue cerrada, habrá que dejar la prisa y vivir vida anhelada. G X Cantalapiedra.