Tuvo mucha importancia en las luchas entre cristianos y árabes hace un milenio, porque está situado a la salida (o entrada, depende de cómo se mire) del cañón del
río Caracena, famoso por ser punto de control del territorio y de esta
vía de comunicación.
Nace como todos los de la Comarca en plena Baja Edad Media (siglos XI al XIII). Poco antes, había sido la zona más disputada entre los reinos cristianos del Norte peninsular y el Califato de
Córdoba primero (hasta el año 1031), y con el reino taifa de
Toledo después. Después de la mal llamada "Reconquista" de estas tierras, fueron organizadas en Comunidades de Villa y Tierra, siendo incluidas las de esta Comarca en la llamada Comunidad de Villa y Tierra de Caracena.
Las Comunidades de Villa y Tierra nacen a partir del siglo XI, tras la muerte del caudillo árabe al-Mansur (Almanzor), como una nueva manera de repoblación y organización administrativa del territorio cristiano. Su eje será la Villa, capital de la Comunidad, provista de una fortaleza y capacitada en nombre del rey para organizar su Tierra con las aldeas que la integran. Cada Comunidad dependía directamente del rey, sin tener en cuenta su importancia. Este sistema administrativo se va a mantener durante toda la época
medieval y moderna.
A lo largo de los siglos mantendrán sus principales características invariables, algunas aportadas por los nuevos cristianos repobladores, pero otras continuadoras de ancestrales
tradiciones arquitectónicas, como la
arquitectura popular de las
casas, con zócalo de
piedra, pared de adobe (sustituida en algunas casas por
piedras más o menos regulares), y techumbre de maderas y tejas.