Recuerdo, que cuando era niño, en las maravillosas y luminosas mañanas de mayo, me sentaba en un banco que había delante de esa
casa (la de Demetrio)y antes de que la Señorita abriera la
puerta de la
escuela disfrutaba de la alegría de la
naturaleza en
primavera, en las dolondrinas, aviones, gorriones etc se respiraba alegria y yo me sentía
feliz por vivir en ese
pueblo, a veces con suerte se sentaba junto a mi el tio Dámaso un hombre muy inteligente y de su boca oi alguna vez hasta historias de
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