CUESTA DE LA GALIANA
Siempre buscando emociones
en caminos peligrosos,
son buenas las sensaciones
de los momentos gozosos.
La Cuesta de la Galiana
tiene peligro constante,
la ilumina la mañana
y hasta parece arrogante.
Curvas con grandes peligros
en sus laderas de piedra,
enebros junto a los pinos
y en la sombra alguna hiedra
Donde nace el río Ucero
y las cuevas son paisajes,
fueron templarios de acero
que allí trazaron linajes.
El Cañón del río Lobos
es testigo de pendientes,
La Galiana y sus recodos
es terreno de valientes.
Subir la cuesta motiva
si al final te queda fuerza,
en la memoria se activa
y el paisaje se refuerza.
Mirador de La Galiana
en su colina preciosa,
sientes eco de campana
en aquella vista hermosa.
Laderas llenas de sombras
en las tardes invernales,
a veces hasta te asombras
de sus hielos tan fatales.
Subir La Galiana andando
es conocer las pendientes,
poco a poco vas notando
sus temidos alicientes.
G X Cantalapiedra.
Siempre buscando emociones
en caminos peligrosos,
son buenas las sensaciones
de los momentos gozosos.
La Cuesta de la Galiana
tiene peligro constante,
la ilumina la mañana
y hasta parece arrogante.
Curvas con grandes peligros
en sus laderas de piedra,
enebros junto a los pinos
y en la sombra alguna hiedra
Donde nace el río Ucero
y las cuevas son paisajes,
fueron templarios de acero
que allí trazaron linajes.
El Cañón del río Lobos
es testigo de pendientes,
La Galiana y sus recodos
es terreno de valientes.
Subir la cuesta motiva
si al final te queda fuerza,
en la memoria se activa
y el paisaje se refuerza.
Mirador de La Galiana
en su colina preciosa,
sientes eco de campana
en aquella vista hermosa.
Laderas llenas de sombras
en las tardes invernales,
a veces hasta te asombras
de sus hielos tan fatales.
Subir La Galiana andando
es conocer las pendientes,
poco a poco vas notando
sus temidos alicientes.
G X Cantalapiedra.