Van diciendo por ahí que la vesania habita en mí,
que no hay nada ni nadie que pueda sostener mi cordura.
Sí, estoy loca.
Loca porque no quise mirar dentro de ti
ese alma tuya tatuada de inocencia.
Flor de una mirada y muchos silencios.
Triste canción sin dueto, e inevitable naufragio
de pétalos quemados en orillas desnudas.
Reflejo de mi infausto transitar.
Presente efímero y futuro desperfecto.

Yo quise como nadie poder sostenerte,
sin jarrones ni lazos,
sin riendas ni espuelas.
Me ofrecí a guardar tus restos más allá del camposanto.
Yo que desee convertirte en vida sobre la muerte.
Y ahora es el agua en tus rojas mejillas
quien me grita: necia.
Necia soy, por perderme esas merecidas horas de amor.

(Mayo de 2016)