AHORA SE ACERCA EL OTOÑO
Viene el otoño corriendo con sus prisas desquiciadas,
mi cuerpo lo va sintiendo en la frías madrugadas.
Están cayendo las hojas en las grandes arboledas,
apenas hay rosas rojas de esas que parecen sedas.
Siento el otoño acercarse con su guadaña de brisas,
ahora que toca abrigarse son más tristes las sonrisas.
Esta la tarde plomiza con sus sonidos de sombras,
parece que se eterniza y al percibirlo te asombras.
La guadaña de la muerte espera su recompensa,
ella espera tener suerte y pone a la gente tensa.
Este otoño me acobarda con sus pasiones cegatas,
la lluvia mucho nos tarda se vuelve más bien ingrata.
Otoño de grande sueños en misiones imposibles,
que nada saben de dueños ni jamás son apacibles.
En este otoño maldito donde siento la pereza,
mi garganta suelta un grito que quisiera ser certeza.
La voz del otoño grita, se siente en las madrugadas,
y algún corazón se agita y teme sus espantadas.
Cuando las noches terminan los pensamientos descansan,
creyendo que se eliminan los males que nos arrasan.
Pero el otoño persiste anulando la esperanza,
hay veces que se resiste y siembra desesperanza.
Otoño de nubes negras que van dejando penumbra,
las tardes se vuelven ciegas y la luz muy poco alumbra.
Las calles más solitarias son la triste pesadilla,
personas estrafalarias quieren ser gente sencilla.
El otoño no razona ni quiere tener amigos,
la lluvia si soluciona eliminar enemigos.
Mas este otoño nos falla, y no riega nuestros valles,
tan mal tiempo es una tralla que nos marca sus detalles.
Otoño de nubes grises con sonido a sementera,
quizá los campos revises pensando en la primavera.
Los arboles están tristes por tener tanta sequía,
si las lluvias se resisten habrá campo en agonía.
Miro al cielo y me pregunto, por que no llueve en la tierra,
mas me parece un asunto que mucho misterio encierra.
Otoño juez y castigo de este tiempo mal sentado,
algunos le ven amigo por su calor desbocado.
G X CANTALAPIEDRA.
Viene el otoño corriendo con sus prisas desquiciadas,
mi cuerpo lo va sintiendo en la frías madrugadas.
Están cayendo las hojas en las grandes arboledas,
apenas hay rosas rojas de esas que parecen sedas.
Siento el otoño acercarse con su guadaña de brisas,
ahora que toca abrigarse son más tristes las sonrisas.
Esta la tarde plomiza con sus sonidos de sombras,
parece que se eterniza y al percibirlo te asombras.
La guadaña de la muerte espera su recompensa,
ella espera tener suerte y pone a la gente tensa.
Este otoño me acobarda con sus pasiones cegatas,
la lluvia mucho nos tarda se vuelve más bien ingrata.
Otoño de grande sueños en misiones imposibles,
que nada saben de dueños ni jamás son apacibles.
En este otoño maldito donde siento la pereza,
mi garganta suelta un grito que quisiera ser certeza.
La voz del otoño grita, se siente en las madrugadas,
y algún corazón se agita y teme sus espantadas.
Cuando las noches terminan los pensamientos descansan,
creyendo que se eliminan los males que nos arrasan.
Pero el otoño persiste anulando la esperanza,
hay veces que se resiste y siembra desesperanza.
Otoño de nubes negras que van dejando penumbra,
las tardes se vuelven ciegas y la luz muy poco alumbra.
Las calles más solitarias son la triste pesadilla,
personas estrafalarias quieren ser gente sencilla.
El otoño no razona ni quiere tener amigos,
la lluvia si soluciona eliminar enemigos.
Mas este otoño nos falla, y no riega nuestros valles,
tan mal tiempo es una tralla que nos marca sus detalles.
Otoño de nubes grises con sonido a sementera,
quizá los campos revises pensando en la primavera.
Los arboles están tristes por tener tanta sequía,
si las lluvias se resisten habrá campo en agonía.
Miro al cielo y me pregunto, por que no llueve en la tierra,
mas me parece un asunto que mucho misterio encierra.
Otoño juez y castigo de este tiempo mal sentado,
algunos le ven amigo por su calor desbocado.
G X CANTALAPIEDRA.