CONDENADO A POETA
Madre, yo no quiero ser poeta.
No quiero tener el alma cargada de pena;
porque eso es lo que tienen los poetas...
Un penar que se engancha en lo más hondo,
emociones palpables de aristas afiladas,
y sueños que se esconden en lo imposible.
Ritmos extraños de palabras danzantes,
que acechan al corazón
para terminar cercenando la mente.
Y luego la locura...
Esa locura que permisiva concede la soledad.
Madre, yo no quiero
que mis ojos arañen la piel hecha de polvo,
ni las entrañas donde todo empieza y acaba en tristeza.
Rechazo sin más introito una existencia que me mate verso a verso.
No, yo no quiero ser poeta;
pero este alma mía,
siempre impugna mis alegaciones.
(Más escritos en mi blog: valdenarros. hazblog. com
Madre, yo no quiero ser poeta.
No quiero tener el alma cargada de pena;
porque eso es lo que tienen los poetas...
Un penar que se engancha en lo más hondo,
emociones palpables de aristas afiladas,
y sueños que se esconden en lo imposible.
Ritmos extraños de palabras danzantes,
que acechan al corazón
para terminar cercenando la mente.
Y luego la locura...
Esa locura que permisiva concede la soledad.
Madre, yo no quiero
que mis ojos arañen la piel hecha de polvo,
ni las entrañas donde todo empieza y acaba en tristeza.
Rechazo sin más introito una existencia que me mate verso a verso.
No, yo no quiero ser poeta;
pero este alma mía,
siempre impugna mis alegaciones.
(Más escritos en mi blog: valdenarros. hazblog. com