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Dicen que de Madrid al cielo; pero en estos días de tanto calor yo diría que en cualquier playa se estaría ya a medio camino de la gloria. Como no es posible, porque la dichosa crisis se ha llevado hasta los cuatro días de camping que solía tomarme, y siendo como soy, una persona optimista, he pensado hacerme más soportable este agobio.
Resumiendo que esta mañana me he puesto el bañador de rayas marineras y las chanclas azules que hacen juego. He cogido mi nevera térmica con ruedas y he colocado en ella un bocadillo de chorizo, unas uvas, una botella de tinto de verano, un par de helados y bastante hielo. Este último para enfriar también el agua del barreño verde que utilizo normalmente para la colada y que ahora servirá para sumergir mis pies. Una silla plegable, un libro medianamente entretenido, junto con las gafas de sol y el cenicero portátil que me regaló mi amigo Leopoldo –sabe bien lo empedernido que soy–, complementan mi refrescante escenario.
Llevo ya dos horas y puedo decir que este bochorno es así más tolerable. Se lo recomiendo a todo el mundo, incluido por supuesto a aquellos que estén pensando “vaya `chalao´”. En serio, no es ninguna tontería. Tan solo una recomendación: No os pongáis en plena Gran Vía, que con tanta gente no llega bien la brisa.
Resumiendo que esta mañana me he puesto el bañador de rayas marineras y las chanclas azules que hacen juego. He cogido mi nevera térmica con ruedas y he colocado en ella un bocadillo de chorizo, unas uvas, una botella de tinto de verano, un par de helados y bastante hielo. Este último para enfriar también el agua del barreño verde que utilizo normalmente para la colada y que ahora servirá para sumergir mis pies. Una silla plegable, un libro medianamente entretenido, junto con las gafas de sol y el cenicero portátil que me regaló mi amigo Leopoldo –sabe bien lo empedernido que soy–, complementan mi refrescante escenario.
Llevo ya dos horas y puedo decir que este bochorno es así más tolerable. Se lo recomiendo a todo el mundo, incluido por supuesto a aquellos que estén pensando “vaya `chalao´”. En serio, no es ninguna tontería. Tan solo una recomendación: No os pongáis en plena Gran Vía, que con tanta gente no llega bien la brisa.