De nuevo, entro para seguir hablando un poco de Valtueña.
En algún comentario he leido, que se podría mejorar la entrada desde la fuente hasta la plaza, la verdad es que si alguien competente, desconozco cual sería el estamento, pudiera derruir todos los pajares que hay en la cuesta, daría otra sensación, pues prácticamente es la primera vista del pueblo para el visitante.
Antes había gran cantidad de huertos, que se extendían desde la perpendicular del cementerio hasta el rio Recajo, bordeando la carretera hasta la dehesa y a dos o tres alturas, también había huertos desde la fuente hasta la carretera y algún botón de muestra queda.
También, la carretera era menos transitada y daba gusto pasear por la misma y a la orilla de los huertos, se veía "mucha gente" darse sus paseos al aterdecer, esto era común en gran cantidad de pueblos de nuestra península, ahora las carreteras están mucho mas transitadas y es incluso peligroso.
Eran abundantes los cultivos (en los huertos), pero generalmente se recogían patatas, lechugas, tomates, pimientos, cebollas, acelgas, ajos, y la especialidad eran la riquísimas VAINILLAS (una variedad de judía verde). También había árboles frutales como manzanos, perales, ciruelos, etc.
Ya que estoy hablando de los huertos, os diré a los que no habeis conocido esta labor, que daba gusto comer las grandezas que daban estas tierras, pero conllevaban un esfuerzo hasta conseguir sus frutos. Las labraban, sembraban y regaban, bien de día o de noche por la escasez de agua, se establecían turnos de riego. Cuando tocaba al medio día hacía mucho calor en época de verano y cuando tocaba por la noche hacía "mucho sueño", pero había que ir ya que si no el agua se perdía, había que cambiar el paso de un huerto a otro y también cambiarla de un surco a otro. Por la noche, que no había linternas, se alumbraban o con un candil o también con la tablilla.
Anécdotas de los huertos hay muchas, pero que las cuenten los del lugar que seguro que lo hará mejor que yo.
Otro día os hablaré de gastronomía típica de Valtueña, que por cierto era para chuparse los dedos.
En algún comentario he leido, que se podría mejorar la entrada desde la fuente hasta la plaza, la verdad es que si alguien competente, desconozco cual sería el estamento, pudiera derruir todos los pajares que hay en la cuesta, daría otra sensación, pues prácticamente es la primera vista del pueblo para el visitante.
Antes había gran cantidad de huertos, que se extendían desde la perpendicular del cementerio hasta el rio Recajo, bordeando la carretera hasta la dehesa y a dos o tres alturas, también había huertos desde la fuente hasta la carretera y algún botón de muestra queda.
También, la carretera era menos transitada y daba gusto pasear por la misma y a la orilla de los huertos, se veía "mucha gente" darse sus paseos al aterdecer, esto era común en gran cantidad de pueblos de nuestra península, ahora las carreteras están mucho mas transitadas y es incluso peligroso.
Eran abundantes los cultivos (en los huertos), pero generalmente se recogían patatas, lechugas, tomates, pimientos, cebollas, acelgas, ajos, y la especialidad eran la riquísimas VAINILLAS (una variedad de judía verde). También había árboles frutales como manzanos, perales, ciruelos, etc.
Ya que estoy hablando de los huertos, os diré a los que no habeis conocido esta labor, que daba gusto comer las grandezas que daban estas tierras, pero conllevaban un esfuerzo hasta conseguir sus frutos. Las labraban, sembraban y regaban, bien de día o de noche por la escasez de agua, se establecían turnos de riego. Cuando tocaba al medio día hacía mucho calor en época de verano y cuando tocaba por la noche hacía "mucho sueño", pero había que ir ya que si no el agua se perdía, había que cambiar el paso de un huerto a otro y también cambiarla de un surco a otro. Por la noche, que no había linternas, se alumbraban o con un candil o también con la tablilla.
Anécdotas de los huertos hay muchas, pero que las cuenten los del lugar que seguro que lo hará mejor que yo.
Otro día os hablaré de gastronomía típica de Valtueña, que por cierto era para chuparse los dedos.