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Viana de Duero está situada en una solana que domina una maplia zona agrícola, y está cruzada por una de las más viejas rutas camineras mediavales.
Lo más destacado de Viana de Duero es el conjunto que forma la torre de la iglesia, la propia iglesia que ha sufrido varios reformas a lo largo de la historia, en el siglo XVI, la última en el año 1880 cuando se reconstruye la sacristía y se hacen nuevas dependencias, y el recinto que circunda la iglesia, que tiene aspecto defensivo.
Hay quien ha valorado como posible, que la iglesia se construyera apoyándose en una torre defensiva medieval, que a su vez se complementaba con el mencionado recinto defensivo, pudiendose determinar su data, durante la reconquista, o perteneciendo a parte de fortificaciones de vigilancia de los tiempos de la frontera del Duero cuando a reconquista al sarraceno, en combinación con otras torres cercanas ( la de Moñux y la Torrujalba , y cuando la zona fué repoblada con cristianos provenientes del norte de Castilla.
Por otra parte se pudiera estimar como otra posibilidad, que este recinto fuera parte de la defensa militar y vigilancia del entorno de Almazán, cuando esta localidad cercana y distante a ocho kilómetros estaba inmersa en los enfrentamientos de los castellanos con los aragoneses, tras la reconquista de la misma al morisco por Alfonso VI en 1.098, y posteriormente cuando en las refriegas se refugió en ella el Rey Alfonso y el batallador.
Sea como sea, entrar en este recinto hace respirar una agradable sensación de historia vivida, de penurias y de alegrías.
Lo más destacado de Viana de Duero es el conjunto que forma la torre de la iglesia, la propia iglesia que ha sufrido varios reformas a lo largo de la historia, en el siglo XVI, la última en el año 1880 cuando se reconstruye la sacristía y se hacen nuevas dependencias, y el recinto que circunda la iglesia, que tiene aspecto defensivo.
Hay quien ha valorado como posible, que la iglesia se construyera apoyándose en una torre defensiva medieval, que a su vez se complementaba con el mencionado recinto defensivo, pudiendose determinar su data, durante la reconquista, o perteneciendo a parte de fortificaciones de vigilancia de los tiempos de la frontera del Duero cuando a reconquista al sarraceno, en combinación con otras torres cercanas ( la de Moñux y la Torrujalba , y cuando la zona fué repoblada con cristianos provenientes del norte de Castilla.
Por otra parte se pudiera estimar como otra posibilidad, que este recinto fuera parte de la defensa militar y vigilancia del entorno de Almazán, cuando esta localidad cercana y distante a ocho kilómetros estaba inmersa en los enfrentamientos de los castellanos con los aragoneses, tras la reconquista de la misma al morisco por Alfonso VI en 1.098, y posteriormente cuando en las refriegas se refugió en ella el Rey Alfonso y el batallador.
Sea como sea, entrar en este recinto hace respirar una agradable sensación de historia vivida, de penurias y de alegrías.