MÁS ALLÁ DEL ARTE LIGHT
Después de visitar grandes pinacotecas, como el museo del Prado o el Louvre de Paris, y tener en la mente esa borrachera de arte con mayúsculas. Ahora al visitar la feria internacional de “ARTESANTANDER 2010” la verdad, uno no puede por menos de reflexionar y orientar tu esquema mental, sobre lo que ahora llaman arte contemporáneo, más bien un negocio especulativo entre galerista y marchantes, lejos del amor al arte, si tenemos el afán de la observación.
Cuando tenemos el regalo de poder admirar tanta riqueza en pintura y en escultura, el tiempo se escapa más deprisa, difícilmente puedes retener en la mente tan inmensas colecciones de los grandes pintores. Sólo una mirada fugaz puede retener y disfrutar de tanta belleza acumulada.
Otra cosa son los museos de arte moderno, como el de Picasso de Paris, donde la imaginación tiene otros ámbitos de libertad creativa, ahí la dinámica colorista cambia de expresión. Las diversas formas de explorar en el interior del espíritu humano profundizan en misteriosas búsquedas. La belleza, la estética tiene otro concepto bajo mi punto de vista y, el patrón vanguardista inexorablemente condiciona el subjetivismo.
Existen valores muy reconocidos, pero también camelos y, aberraciones plásticas, amparadas por la libertad de las corrientes modernistas. Hay mucha pintura un tanto light, que ha roto excesivamente con lo tradicional, sobretodo los perennes movimientos vanguardistas que tendrían que darnos un mensaje mejor interpretado, algún día la vuelta al realismo, al expresionismo, al surrealismo etc. Tendría que tener mayor ilusión por los jóvenes artistas, (para mi, estos estilos nunca estuvieron encasillados) y es obvio que reflejan claramente los sentimientos pictóricos, mejor que en abstracto.
Ya no digamos las “tomaduras de pelo” que se desenvuelven hoy en día con mayor facilidad en el absurdo. En esta feria de Santander nos hemos alejado tanto del concepto estético, -si lo comparamos con los inicios- que más bien parece el reflejo de un mundo alocado en el que hoy nos está tocando vivir, (en el que te dan gato por liebre). El gusto del arte con mayúsculas esta ausente y, puedes pasear sin ver nada que merezca la pena, o todo lo contrario, ver en esta feria que ya te insinúan que el arte contemporáneo se burla de si mismo y, pasa de todo. Y no solo sus autores –que nos quieren hacer cómplices de sus propias elucubraciones- sino de los críticos que a veces sólo sirven a intereses partidistas, al margen de la honestidad artística.
El valor del arte, tendría que estar más en consonancia con el sentido común, no como una burbuja especulativa del arte contemporáneo, que vende humo a precios multimillonarios, una manipulación de precios, en la que se engañan unos a otros con cuadros de un solo color, una locura, ¡eso si que es surrealismo…!.
Si el arte responde a un reflejo del alma, y puede exteriorizar la capacidad para definirlo e interpretarlo, no importa la forma. Lo bien creado, cuando pasa por el tamiz del espíritu sensible, va dejando rastro, y en el fondo no es mas que un espejo interno que fluye como un manantial.
Si hoy el arte es artículo de consumo, estando al alcance de casi todo el mundo y, en muchas exposiciones se notan miradas de extrañeza, todos los artistas con sus búsquedas creativas tendrían que saber traducirlo con mayor coherencia y comprensión, más allá del arte light.
Jacinto Herreras Martín
Después de visitar grandes pinacotecas, como el museo del Prado o el Louvre de Paris, y tener en la mente esa borrachera de arte con mayúsculas. Ahora al visitar la feria internacional de “ARTESANTANDER 2010” la verdad, uno no puede por menos de reflexionar y orientar tu esquema mental, sobre lo que ahora llaman arte contemporáneo, más bien un negocio especulativo entre galerista y marchantes, lejos del amor al arte, si tenemos el afán de la observación.
Cuando tenemos el regalo de poder admirar tanta riqueza en pintura y en escultura, el tiempo se escapa más deprisa, difícilmente puedes retener en la mente tan inmensas colecciones de los grandes pintores. Sólo una mirada fugaz puede retener y disfrutar de tanta belleza acumulada.
Otra cosa son los museos de arte moderno, como el de Picasso de Paris, donde la imaginación tiene otros ámbitos de libertad creativa, ahí la dinámica colorista cambia de expresión. Las diversas formas de explorar en el interior del espíritu humano profundizan en misteriosas búsquedas. La belleza, la estética tiene otro concepto bajo mi punto de vista y, el patrón vanguardista inexorablemente condiciona el subjetivismo.
Existen valores muy reconocidos, pero también camelos y, aberraciones plásticas, amparadas por la libertad de las corrientes modernistas. Hay mucha pintura un tanto light, que ha roto excesivamente con lo tradicional, sobretodo los perennes movimientos vanguardistas que tendrían que darnos un mensaje mejor interpretado, algún día la vuelta al realismo, al expresionismo, al surrealismo etc. Tendría que tener mayor ilusión por los jóvenes artistas, (para mi, estos estilos nunca estuvieron encasillados) y es obvio que reflejan claramente los sentimientos pictóricos, mejor que en abstracto.
Ya no digamos las “tomaduras de pelo” que se desenvuelven hoy en día con mayor facilidad en el absurdo. En esta feria de Santander nos hemos alejado tanto del concepto estético, -si lo comparamos con los inicios- que más bien parece el reflejo de un mundo alocado en el que hoy nos está tocando vivir, (en el que te dan gato por liebre). El gusto del arte con mayúsculas esta ausente y, puedes pasear sin ver nada que merezca la pena, o todo lo contrario, ver en esta feria que ya te insinúan que el arte contemporáneo se burla de si mismo y, pasa de todo. Y no solo sus autores –que nos quieren hacer cómplices de sus propias elucubraciones- sino de los críticos que a veces sólo sirven a intereses partidistas, al margen de la honestidad artística.
El valor del arte, tendría que estar más en consonancia con el sentido común, no como una burbuja especulativa del arte contemporáneo, que vende humo a precios multimillonarios, una manipulación de precios, en la que se engañan unos a otros con cuadros de un solo color, una locura, ¡eso si que es surrealismo…!.
Si el arte responde a un reflejo del alma, y puede exteriorizar la capacidad para definirlo e interpretarlo, no importa la forma. Lo bien creado, cuando pasa por el tamiz del espíritu sensible, va dejando rastro, y en el fondo no es mas que un espejo interno que fluye como un manantial.
Si hoy el arte es artículo de consumo, estando al alcance de casi todo el mundo y, en muchas exposiciones se notan miradas de extrañeza, todos los artistas con sus búsquedas creativas tendrían que saber traducirlo con mayor coherencia y comprensión, más allá del arte light.
Jacinto Herreras Martín