Si no recuerdo mal, en esta casa vivió el Sr. Meinardo y la Sra. Gregoria, donde tenían de pupilo a Don Heriberto el cura parroco, con el que alguna vez nos sentamos en esa piedra a charlar.
Los lugares de la adolescencia se siguen viendo en el recuerdo, como una película grabada en el subconsciente que se repite toda nuestra vida.
Los lugares de la adolescencia se siguen viendo en el recuerdo, como una película grabada en el subconsciente que se repite toda nuestra vida.