CARNAVALESCO (Jacinto Herreras Martín)
Decía R. Tagore “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando” y, “convierte un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores”. ¿Se puede vencer sin convencer…?. Ahora que se acerca el carnaval, es de destacar el circo político-social que vivimos desde hace ya tiempo en este país, viéndolo como una pantomima desfilando tras la máscara festiva. Fiesta necesaria para no morir del tedio o de la esquizofrenia que nos está tocando vivir en este sufrido país.
Todo es extraño e incoherente. Hasta el clima se ha vuelto loco, como si quisiera unirse también a circo -algo dramático- pero cierto. Lo mismo se pasa lloviendo meses que nos seca hasta el alma. Sí, mientras tanto, casi todo se convierte en barro… Más que una paradoja parece una carcajada satánica. Lo “esperpéntico” está en las cosas que vemos a diario, la cotidianidad de España es un circo de corrupción de princesas que no se enteran de nada, de catalanistas-soberanistas que se van a enterar, de eres, de curas pederastas, de banqueros, de políticos… etc. (De la madre que los parió, diría Valle-Inclán). Todo un mosaico, todo un reflejo del espejo diabólico, como una máscara que nos mira hasta la náusea -si no fuera todo tan dramático, como el robo de las preferentes, el drama del paro, la tragedia del hambre o, los que mueren por querer llegar a la tierra prometida en el estrecho Gibraltar…, o los etarras que se resisten a mirarse en el espejo del absurdo, -como después se mirarán los Catalanes separatistas-: Decir lo mismo y todo lo contrario. Un circo de corderillos y bestias, de luces y sombras, de miedos y esperanzas…
…Riámonos de todo si podemos, sobretodo de nosotros mismos – buena terapia- una farsa necesaria en que las pantomimas serán nuestras creencias en el futuro más allá de engaños y mentiras. ¿Lo verdadero es falso…?. Triste herencia a nuestros nietos que están aprendiendo esta lección magistral de que lo falso es lo verdadero.
El poder y la razón. La razón de triunfar en este mundo por engañar más y mejor. Lo contrario que antes estudiábamos en las escuelas. Hay que desplazar al contrario para escalar puestos. Tener el cuchillo más grande. El bien y el mal. Ahora el mal es bien. Ser rico, aún siendo un miserable y dejarse de utopías trasnochadas… lo importante es tener, tener, tener…
Lo del paro terminara siendo una injusticia aceptada, un drama llevadero ante la falta de conciencia humana. Una España a la europea, una Europa tramposa con esta España de brazos cruzados, administrados por Alemania de “recursos infinitos…” Mientras se mire al ombligo un capitalismo de futuro incierto, con la hucha en sus paraísos fiscales, como un inmenso panteón asfixiante y caduco. Un creciente malestar generalizado y, los banqueros ¡ay los banqueros!, tendrán sus guardaespaldas bien pagados mientras ellos quieran asegurarse una gloria insegura.
Decía R. Tagore “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando” y, “convierte un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores”. ¿Se puede vencer sin convencer…?. Ahora que se acerca el carnaval, es de destacar el circo político-social que vivimos desde hace ya tiempo en este país, viéndolo como una pantomima desfilando tras la máscara festiva. Fiesta necesaria para no morir del tedio o de la esquizofrenia que nos está tocando vivir en este sufrido país.
Todo es extraño e incoherente. Hasta el clima se ha vuelto loco, como si quisiera unirse también a circo -algo dramático- pero cierto. Lo mismo se pasa lloviendo meses que nos seca hasta el alma. Sí, mientras tanto, casi todo se convierte en barro… Más que una paradoja parece una carcajada satánica. Lo “esperpéntico” está en las cosas que vemos a diario, la cotidianidad de España es un circo de corrupción de princesas que no se enteran de nada, de catalanistas-soberanistas que se van a enterar, de eres, de curas pederastas, de banqueros, de políticos… etc. (De la madre que los parió, diría Valle-Inclán). Todo un mosaico, todo un reflejo del espejo diabólico, como una máscara que nos mira hasta la náusea -si no fuera todo tan dramático, como el robo de las preferentes, el drama del paro, la tragedia del hambre o, los que mueren por querer llegar a la tierra prometida en el estrecho Gibraltar…, o los etarras que se resisten a mirarse en el espejo del absurdo, -como después se mirarán los Catalanes separatistas-: Decir lo mismo y todo lo contrario. Un circo de corderillos y bestias, de luces y sombras, de miedos y esperanzas…
…Riámonos de todo si podemos, sobretodo de nosotros mismos – buena terapia- una farsa necesaria en que las pantomimas serán nuestras creencias en el futuro más allá de engaños y mentiras. ¿Lo verdadero es falso…?. Triste herencia a nuestros nietos que están aprendiendo esta lección magistral de que lo falso es lo verdadero.
El poder y la razón. La razón de triunfar en este mundo por engañar más y mejor. Lo contrario que antes estudiábamos en las escuelas. Hay que desplazar al contrario para escalar puestos. Tener el cuchillo más grande. El bien y el mal. Ahora el mal es bien. Ser rico, aún siendo un miserable y dejarse de utopías trasnochadas… lo importante es tener, tener, tener…
Lo del paro terminara siendo una injusticia aceptada, un drama llevadero ante la falta de conciencia humana. Una España a la europea, una Europa tramposa con esta España de brazos cruzados, administrados por Alemania de “recursos infinitos…” Mientras se mire al ombligo un capitalismo de futuro incierto, con la hucha en sus paraísos fiscales, como un inmenso panteón asfixiante y caduco. Un creciente malestar generalizado y, los banqueros ¡ay los banqueros!, tendrán sus guardaespaldas bien pagados mientras ellos quieran asegurarse una gloria insegura.