Es fácil encontrarlas al sur del
pueblo, sólo es cuestión de paciencia. Lo difícil es acercarse a ellas, por ese motivo gustan de terrenos llanos, con grandes horizontes para escapar si es necesario. Los prismáticos suplen esa lejanía. Las podemos ver en grupo, desde veinte aves, o más reducido de tres.
Su vuelo es el más elegante entre las aves grandes. Con el calor excesivo de este
verano, gustaban refugiarse al mediodía entre los
girasoles. Por la tarde picotean en los regadíos o en las tierras cosechadas. Son impredicibles, pueden pasar días sin aparecer, y otros no se van en toda la semana.