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Pozo, BENAFARCES

Hace unos años, este pozo solucionaba muchos problemas: servía para que bebieran las vacas, lavaba los suelos de las casas y la ropa, cuando no se podía ir al regato o al caño a buscar el agua. Dos mujeres, cada una desde su casa, ejercían la labor de guardianas de las profundidades del pozo. Un lugar al que los niños nos asomábamos con muchísimo temor.