COMENTARIO SOBRE DONHIERRO: PARA PASAR EL RATO
Que solo estaba yo. Hacía un rato que había llegado de Madrid, teniendo alrededor cuatro millones de personas y aquí en el alto del Ajar a ciento veinticinco kilómetros, no había nadie, ni una sola persona que pudiera disfrutar de estos paisajes tan extraordinarios que tiene Donhierro. Hice las fotos y extendí la vista por toda la llanura, para poder contemplar por última vez ese mar de espigas que movidas por el viento dibujaban olas que no tenían ... (ver texto completo)
Que solo estaba yo. Hacía un rato que había llegado de Madrid, teniendo alrededor cuatro millones de personas y aquí en el alto del Ajar a ciento veinticinco kilómetros, no había nadie, ni una sola persona que pudiera disfrutar de estos paisajes tan extraordinarios que tiene Donhierro. Hice las fotos y extendí la vista por toda la llanura, para poder contemplar por última vez ese mar de espigas que movidas por el viento dibujaban olas que no tenían ... (ver texto completo)