Para los que vamos de tarde en tarde a
Cuenca, cuando nos ponemos en ruta hacia el
pueblo, es una gran ilusión que se ve recompensada cuado ante nuestros ojos aparece este
señal de tráfico, indicándonos que ya estamos en nuestro destino. Hemos dejado el
molino a nuestra derecha, la
carretera de Tamariz, y se ve majestuosa la
torre de
San Justo.Al cruzar este
cartel informativo, sube muchos enteros la emoción, porque ya se entra en el pueblo por la
calle Real, y ante nosotros se abre, amplia y acogedora,
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