"EL
ERMITAÑO"
Si por tí preguntan, santero de
Cuenca,
diré que no estás,
por que tu cabeza se cubrió de
nieve,
por que a tu despensa se le acabó el
pan.
Tomó la alforjilla,
al
Santo en su seno,
y se echó al
camino a peregrinar,
pero no a Santiago.
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