Visita del grajo
El grajo que reposa en esta página
–el mismo que ha graznado en tantas otras,
profetizando noches, carencias, desengaños–
no tiene constancia de su rango:
el frío del norte enciende su instinto
al azar por los caminos del aire,
pendiente de los hitos del insecto y la semilla.
Es grajo sin saberlo. No conoce ... (ver texto completo)
El grajo que reposa en esta página
–el mismo que ha graznado en tantas otras,
profetizando noches, carencias, desengaños–
no tiene constancia de su rango:
el frío del norte enciende su instinto
al azar por los caminos del aire,
pendiente de los hitos del insecto y la semilla.
Es grajo sin saberlo. No conoce ... (ver texto completo)