LA A N C I A N A T Í A, A D A
Cuando fue muy viejecita, tía Ada se fue a vivir al asilo de ancianos. Compartía una pequeña habitación de tres camas con otras dos viejecitas tan ancianas como ella. Tía Ada escogió inmediatamente una butaca que estaba cerca de la ventana y desmenuzó una galleta seca sobre el alféizar.
¡Bravo, así vendran las hormiguitas!-dijeron ironicamente las otras viejecitas.
Pero en cámbio llegó un pajarillo del jardín del asilo, picoteó muy contento la galleta, y se marchó.
-Ya ... (ver texto completo)
Cuando fue muy viejecita, tía Ada se fue a vivir al asilo de ancianos. Compartía una pequeña habitación de tres camas con otras dos viejecitas tan ancianas como ella. Tía Ada escogió inmediatamente una butaca que estaba cerca de la ventana y desmenuzó una galleta seca sobre el alféizar.
¡Bravo, así vendran las hormiguitas!-dijeron ironicamente las otras viejecitas.
Pero en cámbio llegó un pajarillo del jardín del asilo, picoteó muy contento la galleta, y se marchó.
-Ya ... (ver texto completo)
Buenos días a todo@s.
Emigrante, me has emocionado; sencillo, limpio, hermoso tu relato, la pena es saber que hay hoy muchas y muchos tias ADA y tal y como vamos, con una cultura minima, con todos los valores perdidos y sin un futuro claro esto no lo arregla nadie.
Gracias por tu escrito y un abrazo
Ramón
Emigrante, me has emocionado; sencillo, limpio, hermoso tu relato, la pena es saber que hay hoy muchas y muchos tias ADA y tal y como vamos, con una cultura minima, con todos los valores perdidos y sin un futuro claro esto no lo arregla nadie.
Gracias por tu escrito y un abrazo
Ramón