Todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores. Todo adulador vive a expensas de quien le escucha.
¿Cómo se llama al animal más temible? Preguntó un rey acierto sabio. Y éste respondió: los salvajes le llamantirano; los mansos, adulador.
El gusto por la adulación se debe, en la mayoría de los hombres, a la pobre opinión que tiene de sí mismos; con las mujeres ocurre al contrario.
Los cuervos arrancan los ojos a los muertos cuando ya no les hacen falta; pero los aduladores destruyen las almas de los vivos cegándoles los ojos.
Vale más caer entre las patas de los buitres que entre las manos de los aduladores, porque aquellos sólo causan daño a los difuntos, y estos devoran a los vivos.
A veces hay que pensa, antes de decir.
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