A Curro el figurero,
grande remedador y gran gestero,
llevó su padre a ver con otros chicos
una porción de monos y de micos,
que, previa la licencia del alcalde,
un charlatán al público enseñaba...
ya se deja pensar que no de balde.
Cualquier extravagante monería
que uno de los cuadrúpedos hacía,
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