Amor casi de un vuelo me ha encumbrado
adonde no llegó ni el pensamiento;
mas toda esta grandeza de contento
me turba, y entristece este cuidado:
que temo que no venga derrocado
al suelo por faltarle fundamento;
que lo que en breve sube en alto asiento
suele desfallecer apresurado.
Mas luego me consuela y asegura
el ver que soy, señora ilustre, obra
de vuestra sola gracia, y en vos fío;
porque conservaréis vuestra hechura,
mis faltas supliréis con vuestra sobra
y vuestro bien hará durable el mío.
F. L. de León
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