Un travieso e impertinente mosquito, tuvo cierto día la ocurrencia de molestar a un león que se hallaba descansando tranquilamente. Se aproximó a la fiera y con toda insolencia, le dijo:
- ¡No te tengo miedo! ¡Tú no eres más poderoso que yo! ¡Y si crees lo contrario, demuéstrame lo que puedes hacer! ¿Rasguños con tus uñas? ¿Clavar tus colmillos? ¡Bah!... eso puede hacerlo hasta el más débil de los gatitos!
El león, indiferente, no hacia el menor caso a las palabras del mosquito, pero éste siguió ... (ver texto completo)
- ¡No te tengo miedo! ¡Tú no eres más poderoso que yo! ¡Y si crees lo contrario, demuéstrame lo que puedes hacer! ¿Rasguños con tus uñas? ¿Clavar tus colmillos? ¡Bah!... eso puede hacerlo hasta el más débil de los gatitos!
El león, indiferente, no hacia el menor caso a las palabras del mosquito, pero éste siguió ... (ver texto completo)