Ademas de buena ers, como decía mi abuela, lista como un conejo. No podía hablar, pero ella con su lenguaje se hacía entender, ¿A que si Primilla? Y cuando iba a los srecados lo le estafaban ni una perra.
Lo dices tú que no podía hablar, se la oía más que a nadie y se la entendía mejor. Y lo mejor de todo, lo cariñosa que era; En
Cuenca todo el mundo la quería, pero eso es normal en un
pueblo pequeño, pero en
Valladolid te puedo asegurar que era conocida en toda la zona de
San Nicolás y la querian tanto o más.