Antíguo
salón de
baile, propiedad de Teodoro Martín; apodado también "El CONFITERO"; este apodo proviene de su padre, el señor Gaudéncio, que se le conoció en
Cuenca, porque al parecer venía vendiendo confites, esta
familia, era de otro
pueblo, pero lamento no saber qué pueblo era, y parece ser que le fue bien, se establecieron aquí, y pusieron el negocio del café, el baile,
fábrica de gaseosas, los confites y demás golosinas; eso es ser emprendedor; aprended los de ahora, de este buen señor, y lanzaros al
agua, porque como dice un viejo refrán: (quien no se arriesga, no cruza la
mar).