En la carretera, CUENCA DE CAMPOS

LA CARRERA DE AL-HAMAR

Lanzóse el fiero bruto con ímpetu salvaje,
ganado a saltos locos la tierra desigual,
salvando de los brezos el áspero ramaje,
a riesgo de la vida de su jinete real.

El, con entrambas manos, le recogió el rendaje
hasta que el rudo belfo tocó con el petral;
mas todo en vano, ciego, gimiendo de coraje,...
Hay pueblos a los que se les soborna con el nivel de vida, para no se paren a pensar por dónde anda el nivel de su vida.